miércoles, 30 de junio de 2010

¿La pueril madurez o la madura infancia?

Hoy he visto cómo unos niños reaccionaban con la mayor madurez del mundo mientras los "adultos" sólo se gritaban y se echaban en cara estupideces...

Yo me he apartado del "tumulto" durante un rato para entretener a los niños... Y qué fácil era hacer que sonrieran...

Ahora que lo pienso, no sé si sonreían porque no sabían realmente lo que pasaba... o si era que lo entendían y le daban exactamente la importancia que tenía la riña: ninguna.
Quizás los "adultos" tenemos el problema de que somos capaces de ver las consecuencias a largo plazo.




Sin embargo, a veces los "adultos" nos olvidamos de la sencillez de la vida. La vida es lo que fue y lo que será. Pero sobre todo es el instante en que el pasado y el futuro se abrazan. Ese instante que no es fugaz, ni veloz, ni lento ni eterno. El instante es. La vida es.
Lo mejor era ver que sus sonrisas, tuviesen el motivo que tuviesen, eran sinceras desde el corazón. A pesar del "tumulto" cercano y de saber que ese "tumulto" puede tener circunstancias muy importantes y decisivas en mi vida y en la vida de una de las personas a las que más quiero, a pesar de esto, su sonrisa era contagiosa, y ese instante que fue, fue magnífico. Y como la vida es, y ese instante hemos dicho que fue magnífico, realmente magnífica.

miércoles, 23 de junio de 2010

a ti, Inocencia mía



infeliz y cada vez más triste... como cuando sueñas... te enamoras... te despiertas y... no existe...

... ¿o sí?
¿existes?
creo que sí...
quiero creer que sí...

hubo un tiempo en el que te vi...

o creo que te vi...
o quiero creer que te vi...

hay veces que la fe importa más que la verdad, aunque en tu caso las dos sean lo mismo…

no puedes (yo no puedo) vivir sin creer que soy libre… no sé si lo soy a ciencia cierta, al cien por cien, con la misma certeza de que 2 + 2 son 4… creo ser libre, y eso basta para que yo elija mi camino…
pero tú, querida amiga, no necesitas de certezas… pues existes gracias a la ambigüedad de la difusa línea discontinua que separa o acerca lo posible y lo imposible, lo probable y lo improbable, lo racional y lo emocional…

a ti, que te han llamado por tantos nombres…
que te han cantado tantos hombres…
tantos poetas, escritores y dramaturgos han pedido una mínima porción de tu poder, una mísera ayuda para poder escribir, para poder hacer existir, para poder…

te han tratado de diosa mayor, de diosa menor, de ninfa, de ángel, de fe, de imaginación, de creatividad, de esperanza, de inteligencia, de astucia e incluso de cosa…

pero… ¿existes?

es decir, ¿existes por ti misma o existes como parte inherente del alma de cada ser racional?
y… ¿acaso importa?

yo SOY

SOY tanto lo que soy como lo que no soy, luego soy tú y no soy tú, luego existo por el mero hecho de no existir, luego yo, como todo (y como nada) soy (es) una paradoja…
todo es Caos, Chaos o Χάος
todo es lo que tú quieras que sea, porque tú eres lo que quieres ser, y tú eres todo…

te sigo buscando, Inspiración, y te seguiré buscando hasta el fin de mis días y mis noches (pues en las noches me visitas haciéndome ver retazos de tapices en los que hay bordados destellos de mundos diferentes a la realidad donde en suerte o por capricho de algo o alguien me tocó vivir)

te busco, y buscaré hasta en el último rincón del Universo (o del Multiverso) hasta en el último rincón de mi ψυχή, de mi alma, de mi espíritu, de mi yo

al fin y al cabo yo SOY, luego dará igual donde busque
al principio y al cabo soy tú, y tú eres yo y lo que no soy yo, luego siempre tendré que mirarme a mí mismo y mirar al mundo…

… con los ojos del niño que fui, que soy y que seré…

te busco, Inocencia mía, perdida desde aquel momento indefinido…