miércoles, 30 de junio de 2010

¿La pueril madurez o la madura infancia?

Hoy he visto cómo unos niños reaccionaban con la mayor madurez del mundo mientras los "adultos" sólo se gritaban y se echaban en cara estupideces...

Yo me he apartado del "tumulto" durante un rato para entretener a los niños... Y qué fácil era hacer que sonrieran...

Ahora que lo pienso, no sé si sonreían porque no sabían realmente lo que pasaba... o si era que lo entendían y le daban exactamente la importancia que tenía la riña: ninguna.
Quizás los "adultos" tenemos el problema de que somos capaces de ver las consecuencias a largo plazo.




Sin embargo, a veces los "adultos" nos olvidamos de la sencillez de la vida. La vida es lo que fue y lo que será. Pero sobre todo es el instante en que el pasado y el futuro se abrazan. Ese instante que no es fugaz, ni veloz, ni lento ni eterno. El instante es. La vida es.
Lo mejor era ver que sus sonrisas, tuviesen el motivo que tuviesen, eran sinceras desde el corazón. A pesar del "tumulto" cercano y de saber que ese "tumulto" puede tener circunstancias muy importantes y decisivas en mi vida y en la vida de una de las personas a las que más quiero, a pesar de esto, su sonrisa era contagiosa, y ese instante que fue, fue magnífico. Y como la vida es, y ese instante hemos dicho que fue magnífico, realmente magnífica.

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